La Psicopatología se ocupa de los problemas mentales.
Y… ¿Qué son los problemas mentales?
A diferencia de los problemas físicos, los problemas mentales no se ven directamente.
El dolor de estómago supone un objeto que es el estómago, algo visible y palpable. Y cualquier afección de órgano supone un órgano afectado y por lo tanto algo físico, visible y palpable directamente. Esto sucede con cualquier enfermedad física.
La enfermedad mental nos enfrenta con otra dimensión
La enfermedad mental o cualquier trastorno psicológico particular, se aloja o discurre por las ideas, las imágenes y las emociones que las impregnan.
El tratamiento psicológico se ocupa de uno o varios problemas que tiene el paciente y que el menciona como motivo de consulta.
Este problema o problemas se manifiestan a través de un síntoma o conjunto de síntomas que provocan malestar y sufrimiento y que dificultan la vida cotidiana del paciente que ha venido a la consulta.
¿EN QUÉ CONSISTE UN TRATAMIENTO PSICOLÓGICO?
Este tratamiento psicológico consiste en contarle al psicólogo o psicóloga todo lo que al paciente se le pase por la cabeza durante la sesión de terapia, sin apartar nada del relato aunque lo considere que no viene al caso, que es ridículo o que no tiene sentido.
< Un síntoma psicológico es un recurso de afrontamiento que los seres humanos desarrollamos para burlar las consecuencias de la represión de nuestros pensamientos cargados de afecto.
< Los síntomas permiten la descarga de la tensión psicológica y nos dan una satisfacción sustitutiva.
< Los síntomas permiten mantener, aunque de una manera muy deficiente, nuestro equilibrio psíquico.
Una cuestión cultural es que ocultemos nuestros complejos e inhibiciones. Sentimos la necesidad de mantenerlos ocultos por pudor. No nos gusta exponer nuestros problemas porque sentimos que eso es un síntoma de debilidad e incluso de que podrían usarlo para hacernos daño.
Pero cuando se trata de nuestro cuerpo no tenemos tantos reparos. En general no tenemos problema en contarle a los demás si padecemos ardor estomacal, problemas con la tensión arterial o cualquier otro tipo de afección orgánica.
La verdad está en nuestro interior pero enfrentarla suele ocasionar un importante malestar.
¿Por qué arrastramos durante tantos años, como si fuera una pesada cadena, un sufrimiento que desde el principio unas pocas sesiones de terapia hubieran alejado de nuestra vida para siempre?
La respuesta es: por miedo. Pero ¿miedo a que? A nosotros mismos.
Porque el sufrimiento que sentimos tan íntimamente encierra una verdad que no queremos admitir. Entonces nos entretenemos en negarla y mientras tanto la vida sigue y la verdad insoportable va creciendo y cada vez reclama con mayor fuerza que la escuchemos.
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