Preferir el síntoma al placer es una frase que hace referencia a una elección a la que se ven arrojados los pacientes durante las primeras sesiones de terapia.
Algunos pacientes acuden con entusiasmo a la terapia sin saber a ciencia cierta de que se trata. Una vez que uno los introduce en la cuestión nota que realmente no tenían ni idea de que se trataba.
A poco de andar, es evidente que acuden a la terapia con la idea de que uno les dará consejos y que esos consejos le servirán para eliminar el sufrimiento de sus vidas.
La desilusión y sobre todo la perplejidad sobreviene cuando se dan cuenta que la psico-terapia no se trata de eso, sino más bien de un camino de análisis y descubrimiento en el que la mayor parte del trabajo recae sobre el propio paciente.
Las dos verdades hacen referencia a una situación ineludible del desarrollo.
Mientras crecemos, las experiencias vitales a las que nos enfrentamos despiertan en nosotros pensamientos y deseos, ideas e inclinaciones, en fin, intenciones de cumplimiento de propósitos que no siempre son bienvenidos por nuestros padres y nuestros educadores.
Tal situación, obliga a el niño o niña que está creciendo y descubriendo el mundo que lo rodea a la par que a sí mismo, a buscar un modo de ser aceptado y aceptarse dentro de su entorno afectivo y social.
Poco a poco, pero sin descanso y de manera bastante dolorosa, el niño y la niña en cuestión, tendrán que aceptar la renuncia a muchos de sus requerimientos y caprichos, a muchas de sus inclinaciones, entre las que se encuentran como protagonistas indiscutibles las egoístas y las agresivas, para iniciar un trabajo de reemplazo de esas inclinaciones por unas más aptas para la vida social.
El refugio en la enfermedad es una conclusión a la que se llegó tempranamente en la psicología clínica.
Por un lado está la primera vez en que la persona busca refugio en la enfermedad. Ese primer escondite protege a la persona de todo lo que teme de sí mismo y del mundo.
Entonces, podemos decir que se escapa de la realidad y se refugia en un escondite en el que siente que está a salvo.
Ese escondite puede ser un conjunto de síntomas que forman un trastorno: Por ejemplo una fobia cualquiera, una obsesión, una hipocondría, un delirio, una psicopatía, etc.
Esa primera vez suele hacerse notar en la adolescencia con mucha nitidez, aunque si nos esforzamos podríamos identificar un inicio mucho más temprano.
Con mucha frecuencia, los trastornos típicos de la adolescencia producen una gran confusión y activan innumerables temores a los que los adolescentes hacen frente con la ya conocida por ellos respuesta de la huida.
El trabajo con el paciente es arduo y en todos los casos avanza lentamente. Cualquier intento de acelerar el paso es infructuoso y al poco de andar uno se da cuenta que ir más rápido es negligente y sobre todo improductivo.
Avanzar con cautela
Así que, nuestro empeño por obtener resultados, debe adaptarse a las circunstancias del terreno, que en el caso de la psicoterapia, no es otra cosa que un berenjenal. De manera que si intentamos correr, lo más probable es que nos caigamos entre la maraña de obstáculos que nos salen al paso en todo momento.
Hay muchos momentos durante la sesión en la que el paciente se muestra vacilante y mientras relata algún síntoma se interrumpe diciendo que no se explica por qué le sucede eso, y en esos momentos es muy frecuente que utilice la expresión » no sé «.
No sé por qué me pasa esto. Simplemente me sucede y no sé por qué. Me gustaría evitarlo pero no puedo.
El » no sé » y la perplejidad
Lo que uno ve que le sucede al paciente es que está perplejo ante el desconocimiento de lo que le sucede porque en muchas ocasiones son cosas en las que no se reconoce o que le provocan vergüenza o pudor o, simplemente, perplejidad y asombro.
El » no sé » y la falta de ocurrencias
El otro » No sé «, también muy frecuente es el que aparece cuando el paciente no tiene nada que decir o, más bien, cuando al paciente no se le ocurre nada y entonces dice: No sé que decir. Y empieza a repetir como un loro no sé. Continuar leyendo «EL » NO SÉ » DEL PACIENTE EN LA SESIÓN»
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