La potencia versus la impotencia son las dos caras de una misma moneda que está siempre girando en la trama de la vida.
Todos y todas queremos ser potentes, queremos resolver con seguridad y con éxito todos los problemas que se nos aparecen en el camino.
Todos y todas tenemos ansias de poder y nos gusta sentir que controlamos las situaciones y que tenemos respuestas para los problemas.
Todos y todas nos regocijamos cuando ante las dificultades de la vida salimos airosos de situaciones difíciles gracias a nuestros recursos.
Que fantástico es el mundo cuando damos con las respuestas y hasta disfrutamos de las dificultades cuando entrevemos que existe la `posibilidad de resolverlas por nosotros mismos.
La persona perfeccionista es extremadamente exigente consigo misma a la hora de ver el resultado de sus acciones, de manera tal, que cualquier crítica de su comportamiento o de los resultados de su conducta, pone en marcha un malestar psicológico y físico que lo mantiene realmente mal durante mucho tiempo.
El afán de perfeccionismo
El afán de perfeccionismo en el perfeccionista, mantiene alerta una serie de autocontroles que se transforman en exigencias de rendimiento muy intolerables con la crítica o la observación de otras personas.
Así, aunque la crítica sea constructiva o pretenda sumar elementos que enriquezcan el resultado obtenido por la persona perfeccionista, ésta se mostrará descontenta con toda contribución externa que señale que su trabajo individual es mejorable.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies