La fragilidad del ser nos predispone a trastornos psicológicos y estos conllevan en sus causas una serie de mecanismos de defensa de entre los cuales siempre hay uno que es el dominante.
Estos mecanismos de defensa son intentos de escaparnos de un sufrimientoprovocado por sentimientos que suscitan angustia, miedo y dolor.
Así, podemos vernos en la necesidad de reprimir un sentimiento, o simplemente negarlo.
La capacidad de tolerar la frustración se construye durante el proceso de crecimiento y está directamente relacionada con el tipo de vínculo que el niño/a establece con sus progenitores.
La puesta de límites claros en la infancia es una pauta importantísima en la adquisición de la capacidad de tolerar la frustración.
Si se incorpora esta capacidad a una edad temprana, pasa a formar parte de la estructura de la personalidad y se suma a las capacidades que tendrá el individuo para hacer frente a las limitaciones y frustraciones que le impondrá la realidad.
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