La perversión ha ocupado grandes capítulos de la literatura tanto de ficción como científica a lo largo de la historia.
Con el paso del tiempo, los dominios de la perversión se fueron achicando hasta perder gran parte de ellos, con la consiguiente pérdida de su poder.
Así, hace dos siglos, en el terreno moral, casi todo era perversión y las prácticas moralmente correctas reducían la conducta a una actitud controlada por la represión de los instintos e inclinaciones.
De esta manera, se clasificaba el comportamiento como moral o inmoral según respetase la represión impuesta por la cultura imperante o la desobedeciese.
Otro tanto ocurría en el terreno de la ciencia, de forma tal, que una persona era diagnosticada como neurótica o perversa de acuerdo con el mismo criterio.
En lo que respecta a la perversión, que es lo que nos ocupa, en los últimos años todo eso ha cambiado debido a la relajación de las normas sociales represoras y, con el avance de las libertades de conciencia, se produjo un cambio radical en la expresión de las identidades personales.
Hay muchos momentos durante la sesión en la que el paciente se muestra vacilante y mientras relata algún síntoma se interrumpe diciendo que no se explica por qué le sucede eso, y en esos momentos es muy frecuente que utilice la expresión » no sé «.
No sé por qué me pasa esto. Simplemente me sucede y no sé por qué. Me gustaría evitarlo pero no puedo.
El » no sé » y la perplejidad
Lo que uno ve que le sucede al paciente es que está perplejo ante el desconocimiento de lo que le sucede porque en muchas ocasiones son cosas en las que no se reconoce o que le provocan vergüenza o pudor o, simplemente, perplejidad y asombro.
El » no sé » y la falta de ocurrencias
El otro » No sé «, también muy frecuente es el que aparece cuando el paciente no tiene nada que decir o, más bien, cuando al paciente no se le ocurre nada y entonces dice: No sé que decir. Y empieza a repetir como un loro no sé. Continuar leyendo «EL » NO SÉ » DEL PACIENTE EN LA SESIÓN»
El trastorno narcisista de la personalidad se define esencialmente por la necesidad de la persona que lo padece de ser admirada, de que los demás reconozcan en ellos/ellas lo especial que son y lo sobresaliente de sus cualidades y aptitudes. Junto a esta característica distintiva, hay que resaltar la falta de empatía hacia los sentimientos de los demás.
La exageración de sus virtudes y la falta de autocrítica hacen que aparezcan ante los demás como personas presumidas y petulantes y vanidosas.
El sentimiento de ser especiales los lleva a buscar la compañía de personas que cree son tan únicas y especiales como él/ella y considera a su grupo de amigos y al entorno social con el que se relaciona como superior a los demás, debido a sus cualidades y talentos.
La Psicopatología se ocupa de los problemas mentales.
Y… ¿Qué son los problemas mentales?
A diferencia de los problemas físicos, los problemas mentales no se ven directamente.
El dolor de estómago supone un objeto que es el estómago, algo visible y palpable. Y cualquier afección de órgano supone un órgano afectado y por lo tanto algo físico, visible y palpable directamente. Esto sucede con cualquier enfermedad física.
La enfermedad mental nos enfrenta con otra dimensión
La enfermedad mental o cualquier trastorno psicológico particular, se aloja o discurre por las ideas, las imágenes y las emociones que las impregnan.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies