La aversión a la verdad es una característica común en todas las personas.
Pero no me refiero a la aversión a una verdad cualquiera, sino a la verdad personal, y más concretamente a una parte de la verdad, la parte incómoda que tiene que ver con la historia de cada uno y que no goza de la aprobación del resto del yo.
La mayoría se conforma con una verdad relativa, o con una parte de la verdad, después de que la historia personal ha pasado por un proceso de censura que se dio de manera automática e inadvertida.
El pedido de ayuda profesional llega cuando hay algo que no funciona como debería en algún o algunos ámbitos de la vida afectiva personal y social.
La persona intuye que hay algo que le está sucediendo que no alcanza a comprender y que está haciendo que se sienta mal.
Está dispuesta a investigar que es lo que está sucediendo y se asocia con el psicólogo/a para iniciar el proceso de investigación.
El cumplimiento de deseos en los sueños es algo que se identificó hace ya más de 120 años.
En el caso de los niños se comprobó que eran simples cumplimientos de deseos de situaciones inconclusas deseadas durante el día que habían dejado un deseo consciente insatisfecho.
Así, el cumplimiento de deseo en los sueños de los niños es un cumplimiento de deseo de pensamientos y sentimientos conscientes.
El cumplimiento de deseos en los sueños de los adolescentes y adultos no sólo es un cumplimiento de deseos conscientes, sino que con mucha más frecuencia es un cumplimiento de deseos de pensamientos y sentimientos reprimidos, es decir, inconscientes.
La perversión ha ocupado grandes capítulos de la literatura tanto de ficción como científica a lo largo de la historia.
Con el paso del tiempo, los dominios de la perversión se fueron achicando hasta perder gran parte de ellos, con la consiguiente pérdida de su poder.
Así, hace dos siglos, en el terreno moral, casi todo era perversión y las prácticas moralmente correctas reducían la conducta a una actitud controlada por la represión de los instintos e inclinaciones.
De esta manera, se clasificaba el comportamiento como moral o inmoral según respetase la represión impuesta por la cultura imperante o la desobedeciese.
Otro tanto ocurría en el terreno de la ciencia, de forma tal, que una persona era diagnosticada como neurótica o perversa de acuerdo con el mismo criterio.
En lo que respecta a la perversión, que es lo que nos ocupa, en los últimos años todo eso ha cambiado debido a la relajación de las normas sociales represoras y, con el avance de las libertades de conciencia, se produjo un cambio radical en la expresión de las identidades personales.
Customizar el cuerpo responde a la misma lógica que customizar cualquier objeto de consumo que se transforme en nuestra afición.
La personalización del cuerpo que transforma al cuerpo que traemos de fábrica en un cuerpo de diseño personalizado, podría compararse con cualquier otro tipo de transformación que hiciéramos sobre un objeto de consumo.
Por ejemplo: Customizar un coche haciéndolo deportivo, llamativo y hasta excéntrico. Personalizar una casa, un barco, un instrumento, una moto, una mascota o el objeto de consumo que se nos ocurra.
En todas esas transformaciones que modifican el original convirtiéndolo en algo diferente y distinto, se pone en juego profundos sentimientos y hondas inclinaciones personales que encuentran en esas transformaciones una vía de expresión.
La transformación del mundo exterior para adecuarlo a nuestro parecer, la modificación de los objetos de consumo de acuerdo a nuestros caprichos, es algo que viene de antiguo y no nos pilla por sorpresa.
Los sueños han sido a lo largo de la historia de la civilización una fuente de curiosidad y han estimulado el conocimiento sobre sus causas y consecuencias. Así, desde la antigüedad los sabios y los hombres comunes compartían el mismo interés por develar su enigma.
Esa preocupación histórica por el significado de los sueños me llamó la atención desde muy temprano y mi curiosidad intelectual se vio muy atraída por ese fenómeno tan enigmático y esquivo.
Por eso, el poder de atracción que la vida onírica tuvo siempre sobre mí, se basaba en el misterio que contenían sus símbolos, en la encrucijada que oponía al pensamiento racional y consciente y en la confusión de su apretado e irracional simbolismo aparentemente sin sentido.
Además, su principal atractivo, aparte de la originalidad creativa y de la estética tan poco respetuosa de las convenciones lógicas, era su lenguaje criptográfico y la necesidad de descifrar su sentido oculto, peculiaridad que siempre cautivó mi espíritu.
Esta breve introducción me sirve de preámbulo para anunciar mi actual desilusión al comprobar que mis pacientes no me cuentan sueños en la consulta.
¿ QUÉ HA PASADO CON LOS SUEÑOS ?
¿ Las personas ya no sueñan ? ¿ O será que sueñan pero los sueños han perdido el prestigio que solían tener ?
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