El introvertido es una persona que considera que exponer su mundo interior a los demás es una forma de banalidad.
Esta primera consideración de la introversión puede tener algo de verdad.
Lo íntimo puede sufrir al ser expuesto a los demás, es decir, a la consideración del mundo exterior, cierto menoscabo. La exposición de la intimidad debe aceptar la consideración de los demás y el intercambio de opiniones siempre cargadas de crítica y cuestionamiento.
Las relaciones interpersonales conllevan esa característica de relativizar las verdades individuales y socializarlas.
El introvertido se protege de la socialización de su intimidad y se parapeta detrás del escudo que le procura su actitud introvertida.
En definitiva, la introversión no es más que un intento de alejarse de la sociedad buscando una soledad sagrada y totalizadora.
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