El diagnóstico es una etiqueta que confunde al paciente más de lo que lo aclara.
El diagnóstico es una etiqueta que sirve como orientación muy general y en la mayoría de los casos muy imprecisa al Psicólogo para orientarse en la neblina del complejo territorio que es el universo personal del paciente.
Los pacientes me suelen decir: He estado leyendo sobre el trastorno obsesivo compulsivo y me doy cuenta que yo tengo mucho de los síntomas que lo describen. He estado leyendo del trastorno bipolar dice otro y creo que me veo muy identificado con ese padecimiento.
Me he informado – dicen algunos y algunas – en internet sobre los diferentes tratamientos y los variados trastornos psicológicos y creo que lo que necesito es una terapia cognitivo- conductual centrada en el presente porque según lo que he leído yo padezco un trastorno límite de la personalidad.
Toda esa información, no añade ningún beneficio al tratamiento. Muy por el contrario, lo único que hace es estigmatizar a las personas y etiquetarlas con un rótulo que les da cierta tranquilidad.
Ayuda psicológica es un concepto que nos hace pensar en alguien que está sufriendo y necesita asistencia profesional.
En medicina podemos diferenciar perfectamente entre un dolor de cabeza pasajero y una enfermedad a tratar.
El primero, que puede resultar por falta de sueño o por haber estado en un lugar ruidoso encontrará fácil alivio en un analgésico.
Asistencia Profesional
Una enfermedad ya necesita de un diagnóstico y un tratamiento a seguir, que está sometido a una duración de tiempo determinada y debemos cumplirla si queremos que realmente se resuelva con éxito.
De esta misma manera deberíamos preguntarnos qué buscamos cuando pensamos en ir al psicólogo.
El ritmo de vida contemporáneo se caracteriza por el aumento de la velocidad de respuesta frente a los estímulos.
La tecnología de la información y la cantidad de soportes informáticos junto con el avasallamiento impúdico de la publicidad, que se cuela violentamente en nuestras vidas en cualquier momento y en cualquier lugar, nos somete a un estrés para la toma de decisiones.
Se nos pide ser rápidos y exactos
Debemos elegir de forma rápida y exacta procesando la información por encima, de manera superficial, sin tiempo para profundizar en los pros y los contras.
La práctica clínica, que no es otra cosa que el tratamiento psicológico, se adentra en el mundo de las vivencias personales.
Esta obviedad, que puede parecer risueña, enfatiza el hecho de que la manera de ver, sentir e interpretar el mundo de un/a paciente será muy diferente del de otro/a.
Sin embargo, en el mundo de las ciencias exactas esta característica no tiene sentido.
Las leyes físico-matemáticas no admiten interpretaciones personales y se basan, exclusivamente, en la objetividad de la evidencia universal.
Entonces, quien se anime a discutir la ley de la gravedad, el electromagnetismo, la organización interna de las células o los elementos químicos de la tabla periódica, enseguida será desautorizado.
Rigidez vs la flexibilidad son dos opuestos que están presentes en todos los vínculos.
Podemos imaginarlas como los extremos contrarios de una vara de medir entre los cuales hay muchas graduaciones.
Es lógico admitir que la sabiduría reside en moverse entre un extremo y el otro según las circunstancias de la vida, buscando un equilibrio entre la rigidez vs la flexibilidad.
Toda disciplina, todo ciencia, arte o relación se construye y avanza mezclando esos polos en proporciones adecuadas.
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