La aversión a la verdad es una característica común en todas las personas.
Pero no me refiero a la aversión a una verdad cualquiera, sino a la verdad personal, y más concretamente a una parte de la verdad, la parte incómoda que tiene que ver con la historia de cada uno y que no goza de la aprobación del resto del yo.
La mayoría se conforma con una verdad relativa, o con una parte de la verdad, después de que la historia personal ha pasado por un proceso de censura que se dio de manera automática e inadvertida.
El pedido de ayuda profesional llega cuando hay algo que no funciona como debería en algún o algunos ámbitos de la vida afectiva personal y social.
La persona intuye que hay algo que le está sucediendo que no alcanza a comprender y que está haciendo que se sienta mal.
Está dispuesta a investigar que es lo que está sucediendo y se asocia con el psicólogo/a para iniciar el proceso de investigación.
Preferir el síntoma al placer es una frase que hace referencia a una elección a la que se ven arrojados los pacientes durante las primeras sesiones de terapia.
Algunos pacientes acuden con entusiasmo a la terapia sin saber a ciencia cierta de que se trata. Una vez que uno los introduce en la cuestión nota que realmente no tenían ni idea de que se trataba.
A poco de andar, es evidente que acuden a la terapia con la idea de que uno les dará consejos y que esos consejos le servirán para eliminar el sufrimiento de sus vidas.
La desilusión y sobre todo la perplejidad sobreviene cuando se dan cuenta que la psico-terapia no se trata de eso, sino más bien de un camino de análisis y descubrimiento en el que la mayor parte del trabajo recae sobre el propio paciente.
El orden y el caos conviven y se solapan o se suceden de manera consecutiva a lo largo de nuestra vida dependiendo del momento de crecimiento en que nos encontremos y de las circunstancias vitales que atravesemos.
La razón y los instintos, el intelecto y los sentimientos, las ideas y las emociones, pueden encontrar cierta comunidad y armonía o por el contrario, enfrentarse en abierta discrepancia llegado el caso y debemos estar preparados para conciliar esas contradicciones.
Son muchos los casos en que se llega a una solución en la que se toma partido por un bando y se abandona el otro.
Si una persona no encuentra la forma de conciliar el orden y el caos que la habita, es posible que se decida por uno de ellos. Si opta por el orden, combatirá su caos con vehemencia e intentará que este desaparezca de todas las manifestaciones de su conducta, tanto pública como privada.
Los duelos son esas experiencias que tienen que ver con aceptar la pérdida de algo o de alguien que por la simple razón del paso del tiempo se produce en diferentes momentos de nuestra vida.
Los duelos, entonces, tienen que ver con el paso del tiempo y con el desarrollo de nuestra experiencia.
Un ejemplo claro es el de los sentimientos y las ideas que vamos adquiriendo según crecemos y las desilusiones a las que debemos enfrentarnos debido a nuestro desarrollo físico y cognitivo.
Así, mamá y papá, no van a significar lo mismo para nosotros a los cinco años, a los diez, a los quince, a los veinte y a los veinticinco.
Nosotros mismos nos vamos a tener que ir conociendo nuevamente según vayamos creciendo, y en ese aprendizaje vamos a tener que abandonar muchas formas de sentir y de actuar y recibir y aceptar nuevas maneras de afrontar las situaciones mas adaptadas a nuestro momento vital.
Customizar el cuerpo responde a la misma lógica que customizar cualquier objeto de consumo que se transforme en nuestra afición.
La personalización del cuerpo que transforma al cuerpo que traemos de fábrica en un cuerpo de diseño personalizado, podría compararse con cualquier otro tipo de transformación que hiciéramos sobre un objeto de consumo.
Por ejemplo: Customizar un coche haciéndolo deportivo, llamativo y hasta excéntrico. Personalizar una casa, un barco, un instrumento, una moto, una mascota o el objeto de consumo que se nos ocurra.
En todas esas transformaciones que modifican el original convirtiéndolo en algo diferente y distinto, se pone en juego profundos sentimientos y hondas inclinaciones personales que encuentran en esas transformaciones una vía de expresión.
La transformación del mundo exterior para adecuarlo a nuestro parecer, la modificación de los objetos de consumo de acuerdo a nuestros caprichos, es algo que viene de antiguo y no nos pilla por sorpresa.
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