La aceptación de la humanidad hace referencia a la necesidad que se manifiesta en un momento de la vida de tener que hacerle frente al hecho de que todo lo que aspirábamos a ser, de que todos nuestros ideales, de que todos nuestros proyectos profesionales, sociales y personales, no se van a cumplir en gran parte.
Esto quiere decir que vamos a tener que aceptar las limitaciones que nos va a imponer la experiencia y, por lo tanto, renunciar a gran parte de nuestros ideales, con la consabida frustración que eso acarrea.
Con la Iglesia hemos topado…. como dice el refrán.
La frustración es el gran tema, porque nos obliga a re adaptarnos a una nueva situación en la que necesariamente tenemos que aceptar los límites que nos impone nuestra condición de seres incompletos y vulnerables.
Los duelos son esas experiencias que tienen que ver con aceptar la pérdida de algo o de alguien que por la simple razón del paso del tiempo se produce en diferentes momentos de nuestra vida.
Los duelos, entonces, tienen que ver con el paso del tiempo y con el desarrollo de nuestra experiencia.
Un ejemplo claro es el de los sentimientos y las ideas que vamos adquiriendo según crecemos y las desilusiones a las que debemos enfrentarnos debido a nuestro desarrollo físico y cognitivo.
Así, mamá y papá, no van a significar lo mismo para nosotros a los cinco años, a los diez, a los quince, a los veinte y a los veinticinco.
Nosotros mismos nos vamos a tener que ir conociendo nuevamente según vayamos creciendo, y en ese aprendizaje vamos a tener que abandonar muchas formas de sentir y de actuar y recibir y aceptar nuevas maneras de afrontar las situaciones mas adaptadas a nuestro momento vital.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies