LA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN

La tolerancia a la frustración

LA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN

La capacidad de tolerar la frustración se construye durante el proceso de crecimiento y está directamente relacionada con el tipo de vínculo que el niño/a establece con sus progenitores. 

La puesta de límites claros en la infancia es una pauta importantísima en la adquisición de la capacidad de tolerar la frustración. 

Si se incorpora esta capacidad a una edad temprana, pasa a formar parte de la estructura de la personalidad y se suma a las capacidades que tendrá el individuo para hacer frente a las limitaciones y frustraciones que le impondrá la realidad.

La prueba de la realidad

La realidad pondrá a prueba nuestra tolerancia a la frustración en infinitas situaciones a lo largo de la vida y en esas ocasiones, las caricias y los arrumacos de mamá y papá vendrán a socorrernos, pero también acudirán en nuestra ayuda las normas y los límites que en su momento supieron transmitirnos. 

La fortaleza anímica

La fortaleza anímica que logremos tener, dependerá en todas las ocasiones del equilibrio entre los sí y los no que nuestros padres nos dijeron y, aunque parezca mentira, aquellas tempranas experiencias serán decisivas y evitarán en la mayoría de los casos, trastornos y enfermedades psíquicas.

AMAR ES SABER DECIR QUE NO… TAMBIÉN

https://www.psicologialasmusas.es/psicologia-infanto-juvenil/

https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=70216

 

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