La infidelidad es una realidad que afecta a muchísimas parejas.
Una vez constatada y aceptada como un hecho que se repite a lo largo de la historia y con una frecuencia nada despreciable como para ignorar su existencia, debemos tratar de entender cuales son las causas que la hacen posible.
Como todas las situaciones complejas que afectan la vida de las personas, entender la infidelidad nos obliga a considerar una cantidad de factores que entran en juego a la hora de analizarla.
La convivencia y su relación con la infidelidad
La convivencia puede ser un factor – y remarco que no el único – que engorde el conjunto de causas que empujen a uno de los miembros de la pareja, – o a los dos – a la infidelidad. Hago referencia a la convivencia que se transforma en una rutina en la que se pierde la capacidad de encontrar momentos para compartir la intimidad de cada uno.
La convivencia negativa se centra en los problemas cotidianos y en la repetición de rutinas de supervivencia, borrando de la relación de pareja los momentos de intimidad, diversión compartida e interés por los sentimientos y emociones de cada uno.
La promiscuidad o la búsqueda de experiencias diferentes
Hay que reconocer también, como factor que interviene entre las causas de la infidelidad, el factor pulsional – entiéndase la necesidad de vivir experiencias sexuales con otras personas – . Algunos personas no pueden controlar las ganas de nuevas experiencias o de experimentar experiencias eróticas que no pueden satisfacer con su pareja amorosa.
Este factor estrictamente erógeno lleva a muchas personas a recurrir a satisfacerse en otra persona a la que toma como objeto de satisfacción sexual, sin más pretensiones que esas. Aún así, su conducta debe considerarse como una infidelidad.
La moral y la fidelidad
Otro factor que hay que tener en cuenta en la infidelidad es el conjunto de normas morales y la fortaleza de las convicciones que rigen la vida y el comportamiento de cada uno y cada una.
Hay personas que tienen una moral única y arreglan su vida en base a ella y hay otras que tienen una doble moral. Estas últimas pueden ocultar el engaño y convivir con la mentira mientras que las primeras optaran por decir la verdad y dejar a su pareja en caso de que tengan dudas.
Otros factores psicológicos
Si bien los anteriores son factores psicológicos y sociales, hay sentimientos y experiencias más estrictamente psico-personales que hacen que una persona siga con otra de manera disociada. Por ejemplo: Estar con el otro/a porque me da seguridad, amparo, refugio, atenciones.
Estar con el otro/a porque discutimos, – si, aunque suene contradictorio – porque cuando discutimos reproducimos los problemas que vivimos en casa de nuestros padres durante la infancia.
Seguir junto a nuestra pareja porque se somete a nuestra voluntad o porque nosotros nos sometemos a la suya. O simplemente porque nuestra pareja es todo lo contrario de lo que era nuestra madre o nuestro padre.
Seguir junto a nuestra pareja porque nos deja sin darse cuenta repetir los traumas infantiles sin darse cuenta o a pesar de ello.
Este seguir juntos por disociación muchas veces conduce a la infidelidad.
Como verán el tema de la infidelidad está atravesado por una cantidad de factores que aquí solo hemos introducido de manera muy fragmentaria e incompleta.
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